En enero del 2014 emprendí una pequeña tienda de cosmética natural con la firme creencia de que no debemos de comprometer nuestra salud al escoger nuestros productos de belleza.

Mi viaje empezó desde la adolescencia: siempre he tenido piel muy sensible y tras años de sufrir enrojecimientos eventuales, un buen día me vi con mi tocador lleno de productos para la rosácea.  Tras consultar al dermatólogo, supe que mi problema era una dermatitis por contacto causada por algún ingrediente industrial en mis cosméticos. Desde supermercados hasta tiendas departamentales y farmacias dermatológicas, me era muy difícil encontrar productos totalmente libres de las sustancias toxicas que debía evitar.

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Es en ese momento que empezó mi obsesión por la cosmética natural. ¿Sabías que una persona promedio esta expuesta a más de 500 químicos tóxicos tan sólo por los productos de belleza que usa? Si bien no soy química, me considero una investigadora innata, y quise saber todo acerca de estos productos tóxicos y sus sanas alternativas naturales, y con el respaldo de profesionales y químicos en marzo del 2014 desarrollamos los primeros productos Vivagreen.